Defender la propiedad intelectual está ligado a la intimidad propia de las personas, ya que supone defender las creaciones de los seres humanos y el valor de sus ideas; por ello resulta tan gratificante.

Vivir pegado al cine Palafox y dormir con el sonido de las bandas sonoras de las películas que en el mismo se proyectaban, debía tener alguna consecuencia: desde la adolescencia, me apasionaba el cine, mis modelos eran William Wyler, John Ford o Alfred Hitchcock, entre otros. Quería trabajar en ese mundo, pero no como director o actor pues tenía poca fe en mi talento artístico, sino para la industria. Quería formar parte de la “fábrica de sueños”.

Derecho audiovisual

José Manuel Tourne

No sé por qué decidí estudiar Derecho, pero soy consciente de que a medida que avanzaba en los estudios, me gustaba cada vez más, especialmente el derecho privado, hasta que un día ambos mundos conectaron en mi cabeza: en la industria cinematográfica, detrás de las pantallas, debían trabajar muchos abogados, economistas y otros profesionales; así que, terminando mi carrera, puse el foco en la búsqueda de posibles ofertas por parte de las compañías multinacionales que distribuían las producciones de Hollywood: Walt Disney, Warner Bros, Universal, etc.

Buscar sin Google

Sin Google ni internet aquello fue un ejercicio de imaginación para encontrar a donde dirigir mis pasos. Tenía claro que mi ventaja competitiva, además de mi recién estrenada licenciatura, era la pasión por el cine que me ardía por las venas y un buen nivel de inglés

De esa manera me presenté en varios despachos especializados en jurisdicción audiovisual, derechos de los artistas, derechos de autor, etcétera. La mayoría me recibían encantados y uno de ellos, Antonio Recoder, representante por entonces de los estudios de Hollywood en España y secretario general de la asociación de distribuidores cinematográficos, me abrió las puertas de la apasionante industria audiovisual.  Pocos meses después, me encontré creando la Federación anti-piratería (FAP).

La Federación anti-piratería

Impulsada desde los estudios de cine y algunas compañías nacionales, FAP nacía para proteger los derechos de los productores y distribuidores cinematográficos cuando el vídeo doméstico se convertía en un fenómeno que permitía llevar las películas a los hogares de millones de ciudadanos en todo el mundo.

La llamada “piratería” audiovisual que surgió por la comercialización sin derechos de películas en el nuevo formato magnético, amenazaba a toda una industria y era preciso crear legislación que protegiera a los legítimos titulares. Se modernizó la legislación vigente y en esa labor, aprendí qué era la propiedad intelectual; que las leyes deben ser aplicadas para ser útiles y que deben contar con la aceptación de la sociedad.

Cine Palafox

La industria de contenidos

34 años dedicado a proteger el valor de las ideas y de las creaciones audiovisuales como director de FAP y presidente de UVE (unión videográfica española) han configurado mi “yo” actual, en el que convergen mi experiencia en el área del derecho, y la capacidad de dirigir asociaciones profesionales como una vía eficaz para conseguir cambiar las cosas.

Soy abogado experto en propiedad intelectual y he tenido la oportunidad de contribuir a la transformación de esta área del Derecho, haciéndolo en primera persona.

Tras el cierre de la Federación para la protección de la propiedad intelectual (FAP), mi objetivo es transmitir los conocimientos adquiridos a través de este blog tal y como hago ejerciendo una de las actividades más cautivadoras y gratificantes de mi carrera profesional, la docencia.

Las nuevas tecnologías han modificado los modelos de negocio y abierto el camino a un mundo apasionante en el que el cine ya no sólo entra en los hogares, sino que convierte al espectador en prescriptor de lo que quiere ver, cuando y como. El siguiente paso ya se está dando y a través del mismo, el espectador se convierte en protagonista de las historias, las modifica e integra en su vida.

Ese camino exigirá adaptaciones constantes del mundo legal a la realidad que la revolución digital nos ha traído y estoy seguro de que serán tan apasionantes como las operadas hasta hoy.