Mantener expectante a tu audiencia
¿Quieres enganchar y mantener expectante a tu audiencia en todo momento?
En mi artículo anterior mencionaba la importancia, cuando damos una charla, de captar la atención desde el primer momento y mantener la conexión con quien te escucha como si fuera una autopista abierta desde tu corazón al suyo.
Lo que queremos comunicar debe poder resumirse en una frase. Debe ser como la estrella que proporcione luz a los destinatarios de nuestro mensaje. ¿Qué queremos transmitir?
Pero ¿cómo despertar el interés de quien nos escuche?, ¿existe una fórmula que asegure atrapar su atención?
El análisis de los discursos más conocidos revela que todos tienen algo en común: cuentan una historia.
Al escuchar una historia, nuestro cerebro activa la dopamina, un neurotransmisor muy potente que nos produce un estado de curiosidad que solo se calma cuando terminamos la historia. Probadlo vosotros mismos: Cuando estéis en una reunión con amigos, tomad la palabra y decid: “VOY A CONTAROS UNA HISTORIA…”
Es como pronunciar una fórmula mágica.
¿Cómo construimos una historia?
El cine y la televisión han modificado sustancialmente la forma de contar historias. Las novelas del siglo XIX o incluso de la primera mitad del XX comenzaban con largas descripciones de los paisajes. Iban de lo general a lo particular poco a poco. Era como ir aproximándose a los personajes desde lejos desde un plano muy amplio, incluso algunas películas, especialmente de la primera mitad del siglo, empezaban así. No ocurría nada hasta que no llevabas un buen rato de película o en el caso de las novelas hasta que llevabas más de 100 páginas. Podías llegar 5 minutos tarde a la película y no te habías perdido nada.

Hoy en día, como llegues medio minuto tarde ya te estás perdiendo lo principal. Vivimos de forma muy rápida. Nos atropella el tiempo y nos cuesta leer o atender sin hacer otra cosa a la vez.
Captar la atención y mantenerla
El teléfono móvil es una tentación que está a nuestro lado en todo momento y por tanto un buen orador tiene que ser capaz de captar la atención de su público de forma inmediata evitando que la audiencia recurra al móvil para calmar su ansiedad.

Cualquier novela, relato y por supuesto, cualquier discurso necesita empezar con frases sorprendentes, con situaciones insólitas con acción trepidante. Si no es así, prácticamente no captan la atención. Una buena técnica para enganchar con acción y después iniciar la descripción es recurrir a la técnica del “punto de giro”.
La clave de esta técnica es despertar varias preguntas en el espectador y dejarnos con ellas en el aire: ¿Quién es ese hombre que acaba de matar a varias personas?, ¿por qué?, ¿Quiénes son las víctimas?.
El punto de giro crea expectación
Esto puede hacerse también con un informe profesional, con una presentación. Sólo hay que buscar un interrogante, plantear un reto:
“El departamento de X está perdiendo XX Euros diarios a causa de la mala distribución de los recursos de…»
Veamos el siguiente ejemplo:
He redactado mi propia historia sobre el COVID-19 dividida en 6 párrafos:
El siglo XX terminó y nos adentramos en el siglo XXI confiando en que no fuera tan convulso como el que acabábamos de despedir: varias guerras habían agitado a la humanidad en diversas ocasiones.
No nos acordábamos de otros problemas que también existieron. Por ejemplo, hace 100 años, una epidemia mundial obligó a que todo el mundo saliera con mascarilla a la calle y mató a más de 25 millones de personas en un año.
La COVID 19 es una nueva pandemia mundial que ha causado ya más de 4,5 millones de muertes. Al principio, pensamos que sólo se quedaría en China. Veíamos las restricciones muy lejanas y lo de la mascarilla era una imagen muy propia de los paises asiáticos.
Sin embargo, la epidemia también llegó a Europa y ni los gobiernos, ni las organizaciones internacionales como la OMS supieron prevenirlo. En Europa, aparecieron los primeros casos en Italia y se fueron extendiendo por todo el continente. En España, los políticos no se pusieron de acuerdo para encontrar soluciones y la pandemia empezó a matar a gente. Primero a los más mayores, pero también afectó a los jóvenes.
La solución inicial fue confinar a todo el mundo en sus casas; después recomendaron y hasta obligaron a lavarse las manos y llevar mascarilla. Todos esperábamos a que pudiera desarrollarse una vacuna que previniera la enfermedad y nos permitiera volver a la vida diaria. En menos de un año, se desarrollaron varias vacunas y las autoridades sanitarias nos obligaron a vacunarnos.
Mi amigo “Fer” tenía una enfermedad seria de la que estaba siendo tratado cuando llegó el COVID. La vacuna no llegó a tiempo y murió el verano pasado. Todo su entorno había intentado aislarle para evitar el contagio, pero el mismo se produjo y su muerte fue inevitable.

Mi historia sobre el COVID
La historia está estructurada de la forma tradicional: empiezo con una perspectiva general y voy acercándome al problema particular. Esto nos ayuda a tener tranquilidad y asegurarnos de que no se nos escapa nada. Sin embargo, esta misma historia puede contarse empezando con la historia personal:
Mi amigo “Fer” tenía una enfermedad seria de la que estaba siendo tratado cuando llegó el COVID. La vacuna no llegó a tiempo y murió en agosto pasado. Todo su entorno había intentado aislarle para evitar el contagio, pero el mismo se produjo y su muerte fue inevitable… Sólo con ello, ya tenemos a la audiencia expectante. A continuación, podría seguir con los párrafos en orden inverso o, incluso, podría dramatizar aún más la historia:
El 12 de agosto de 2020, “Fer” Sánchez Pérez, de 45 años, moría completamente aislado en la habitación del hospital…
Planteo una historia personal, capto la atención y a partir de ahí puedo crear el discurso que considere sobre la enfermedad. Esto es simple, sencillo, directo.
Las presentaciones profesionales que se inician con un repaso general de lo que ya saben los destinatarios del mensaje aburren y les desconectan. Saben qué es lo que les vamos a contar y no atienden hasta que llegamos a la clave del asunto.
Probad a enganchar a vuestra audiencia y mantenerla expectante con el punto de giro. Seguro que triunfáis.